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Aventura solidaria en bici por Uganda.


Yolanda Vázquez Mazariego –

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Cuando disfrutas, no puedes evitar contarlo. Eso es lo que siento después de estas vacaciones en Uganda, necesito compartir mi experiencia, disfrutando de unos días en Uganda, rodando en bici por los ‘sube y baja’ de los rojos caminos, entre lagos volcánicos, recorriendo pueblos llenos de niños de sonrisas felices, con un grupo de ‘bikers’ tan duros como divertidos, de la mano de la ONG Kelele África, y de sus guías, Ana León, Tanis Herrero y Edris Sebuntide.

Os cuento mi viaje, más bien como un diario, pero creo que las fotos dicen mucho más que mis palabras. Sólo deciros que volveré a Uganda, y espero que esta aventura os anime a participar el año que viene en el III Bike Challenge Kelele Afrika Rwenzori del 2020.


Si no puedes con la cuesta, los niños y niñas ugandeses sí

Uganda es conocida como la perla de Africa, un popular destino para hacer safaris diferentes, ya que es de los pocos lugares del mundo donde ver gorilas de montaña en libertad y uno de los mejores lugares para safaris ornitológicos por su riqueza en diferentes especies pájaros. Uganda, es mucho más, un país en medio de África del Este, verde y montañoso, con caminos anchos de tierra, perfectos para recorrer en bicicleta de montaña o Mountain Bike (MTB), y nada mejor que hacer una ruta en bici solidaria con una ONG local.

Esta es la aventura que me propuse hacer por mis vacaciones, el II Bike Challenge Kelele Afrika Rwenzori, un evento en bicicleta de montaña, haciendo turismo deportivo en grupo por Uganda, también solidario, donando nuestras bicis a la escuela Kuwnya al terminar, conociendo los proyectos de Kelele África, y donando la bici al acabar para la escuela Kuwnya en Kimya.

Es un viaje único en la vida, al alcance de todos, ya que no requiere una gran preparación física y es una manera de conocer Uganda disfrutando de su gente, paisajes y cultura, siempre en buenas manos.


Bailando nos entendemos todos mejor

Día 1- Sábado 12 de enero: Viaje del aeropuerto de Entebbe a Kelele Afrika Kimya

Es un día de viaje en carretera, son menos de 400 km, pero las carreteras de Uganda están asfaltadas lo justo, y entre adelantamientos a tres bandas, tramos sin asfalto y paradas en los pueblos para avituallarnos, el día transcurre en coche, empezando a conocer a los otros ciclistas, entre presentación y presentación. Llegamos de noche a Kimya, a la escuela Kumenya, la sede de Kelele Afrika, la ONG que organiza el viaje y el Bike Challenge. Allí nos reciben Tanis, el constructor de las cabañas y la escuela que será nuestro guía en bici, Joanitah, la ‘jefa’ ugandesa en Kelele Afrika y su ayudante María, Alan y Deborah nuestros cocineros, y Mugume, el motorista y nuestro guía ugandes Edris. Cenamos en el comedor, y descubrimos Kelele Lodge, nuestro hogar, cabañas, rústicas pero muy cómodas, con mucho encanto, con duchas y baños exteriores con vistas al lago Kwamba.

Día 2- Domingo 13 enero: Ruta en bicicleta hasta Rwaihamba. 1ª Día en Bici por los alrededores

A primera hora nos ponemos a montar las bicis que han viajado en avión en cajas. El ritmo es tranquilo, a pesar de que Tanis nos comenta que hay que salir antes de que haga mucho calor, pero en Uganda son dos horas más, y el cansancio del viaje y el súper desayuno que nos han preparado nos van contagiando del ritmo africano, donde todo sale, pero en su momento. Salimos dispuestos a recorrer los alrededores, aunque a los pocos kilómetros organizamos un plan B, no es por sexismo, pero el nivel masculino es muy alto. Ignacio y Jordi llevan varias Titan Desert en sus piernas, Cape Epic, Mongolia, y es su segunda Bike Challenge en Uganda, y el resto de bikers tampoco se quedan atrás. Las 3 mujeres, Lidia, Ana y yo, optamos por hacer una ruta más tranquila, para ir cogiéndole el truco al terreno, y es que Uganda es tierra volcánica, ‘sube y baja’ constante a 1.500 m de altitud. Mi bici es una B-Pro que ha donado El Corte Inglés para dejarla en la escuela, y los desarrollos no dan para las cuestas que me encuentro, voy cogiendo carrerilla en todas las bajadas que veo, adelantándome a las cuestas que van después, y aún así, tengo que echar pie a tierra en algunas subidas técnicas, pero no me quejo, sé que esta bici va a dar mucho juego en manos (o piernas) ugandesas, y aquí no he venido a competir, simplemente a disfrutar.


Samuel Herrero, nuestro héroe del viaje

Día 3- Lunes 14 de enero de 2019: Ruta en bicicleta por los “crater lakes”

Empezamos a reconocer el terreno, los caminos de tierra roja, muchos pequeños lagos que se ven al subir cada cuesta, alguna bajada trialera entre el verde de la jungla… y entre pueblo y pueblo vamos a visitar la clínica de Kelele Afrika, el taller de costura para dar formación y trabajo a mujeres de la zona, las escuelas financiadas con proyectos y donaciones desde España, etc.

Entre ruta y ruta, siempre hay un lodge donde pararse a disfrutar del paisaje, una cerveza, un zumo natural de maracuyá, o un té de jengibre y limón, que es mi favorito, rico, rico. Los lodges están ubicados en zonas paradisiacas, algunos tienes piscinas y son de esos sitios donde te gustaría pasar una temporada sin pensar en dinero ni en tiempo ni nada más que disfrutar del paisaje, de la gente y de la cultura local. Aunque empezamos a apreciar nuestro Kelele Lodge, donde todo es más sencillo, pero la comida está riquísima, y hasta nos hacen tortilla de patata entre matoke (plato local con un tipo de plátano), pan de maíz, y fruta local. Aparece la sensación de hogar después de llegar llenos de tierra roja, ducharnos y sentarnos en el comedor disfrutando de las vistas al lago y a la escuela.

Paseo por canoa por el lago Mwamba, el pequeño lago volcánico que vemos cada día desde nuestras cabañas y el comedor. Es una canoa muy rudimentaria, con entradas de agua y clavos oxidados (menos mal que me puse el recordatorio de la antitetánica), pero con los guías descubrimos la riqueza de Uganda en pájaros, y aprendemos a distinguir, grullas, garzas, águilas pescadoras, y algunos lagartos monitores buscando los últimos rayos de sol. El paisaje es de ensueño, la puesta de sol se graba en la memoria, hasta olvidamos la precariedad de la canoa, y llegamos a la orilla sin habernos ‘bautizado’ en el lago.


Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Día 4- Martes 15 de enero de 2019: Viaje en bus privado al Parque Nacional “Queen Elizabeth”

Nuestro guía ugandés, Edris, nos lleva en su furgoneta a Queen Elisabeth mientras las bicis van en un camión, dispuestas para llegar a la entrada del parque nacional y empezar la jornada pedaleando. Una breve charla para contarnos que no hay peligro, pero que tengamos prudencia y no nos salgamos de los caminos, respetemos a los animales que se cruzan, y evitemos situaciones de riesgo. Así vamos descubriendo la riqueza ugandesa, que no son sólo safaris de animales, hay muchos pájaros, y en los pequeños pueblos, nos rodean los niños, que aquí apenas hablan inglés, y descubrimos que gestos y canciones son la mejor forma de hacerles sonreír. Rodeamos las salinas de Katwe para comer en Tembo. Hay que probar la tilapia, el pescado local, y después un paseo en bote por el canal de Kasinga, que une el lago Edward con el lago George, donde veremos cocodrilos, elefantes, hipopótamos, búfalos, flamencos, águilas, grullas, etc. Luego a dormir a las habitaciones del Lodge. Entre Pumbas y marabúes (rinoceros y cigüeñas africanas)


Los días de tormenta son los mejores para rodar con Ignacio Sopesens y Lucas Carné

Día 5- Miércoles 16 de enero. Ruta en bicicleta por el Parque Nacional Queen Elizabeth

Desayuno en Tembo y empezamos la ruta en bicicleta para salir del Parque Nacional Queen Elizabeth. El cielo empieza a ponerse negro y aparecen las primeras gotas de lluvia con algún relámpago. Yo decido subirme al coche, y el resto de las chicas también, pero nuestros compañeros se hacen la ruta entera bajo la lluvia, con caras de felicidad llegan a la salida del parque, y Alex, el traumatólogo decide ir hasta Kasese, la ciudad donde dormiremos en bici por la carretera, un valiente. El resto nos cambiamos la ropa empapada y nos vamos a visitar Kasese, una pequeña ciudad que es la base de las expediciones a las montañas de Ruwenzori. Allí visitamos el mercado local, ¡hay que comprar calcetines que ya no nos quedan limpios! Y nos damos una cena homenaje en el hotel. El buen ambiente ya es lo habitual, nos hemos soltado entre kilómetros en bici, en furgoneta y muchas, muchas cervezas en las esperas para comer y cenar, porque esto es África, y aquí para desayunar a las 6, hay que avisar la tarde anterior, y armarte de paciencia para conseguir una tortilla o unos chapati que llegarán a eso de las 7:30 de la mañana. Si llegan, porque apuros pasa Ana, nuestra guía y mamá para conseguir que nos sirvan en menos de dos horas, y sortear los impuestos revolucionarios que nos intentan clavar por darnos el desayuno tarde y de lo que haya en la despensa. Ana, nos sufras, entendemos que es imposible combinar nuestra mentalidad europea con los horarios africanos, si no desayunamos aquí, desayunaremos un rolex (tortilla enrollada con verduras) o un matoke (plátano cocido) en el pueblo.

Día 6- Jueves 17 de enero. Trekking o ruta en bici por el Parque Nacional Rwenzori

El grupo B y agregados decidimos hacer un trekking hasta las aguas termales de Hot Spring por la zona local de Rwenzori. Los bikers siguen con el plan de ruta en bici haciendo kilómetros por la zona. Yo me apunto al plan de trekking, por mi nivel, que no llega al resto y porque me apetece mucho conocer la zona de las montañas de la luna andando. No hay muchos turistas, y en algunos pueblos los niños no han visto nunca un ‘muzungu’ o ‘persona blanca’, se esconden o lloran los más pequeños, pero al resto los empezamos a ganar con risas y canciones. El paisaje es brutal, estamos a casi 2000 m de altitud y el contraste de la tierra roja, el cielo azul y la jungla verde es cómo recordaré Uganda, la perla de África. Al llegar a las termas, el olor a azufre y el vapor que sale del agua ya nos indica que son aguas medicinales, en una poza están los hombres, en otra las mujeres, y más lejos hay una poza mixta, pero hacemos de locales y las chicas con las chicas y los chicos con los chicos. El guía Noah ha llevado huevos, para ponerlos en la salida del agua caliente, que quema y así se van haciendo para la hora de comer. Nosotros hacemos el valiente y nos metemos en las pozas, que queman de verdad, y vamos alternando con salidas a enfriarnos al río, que baja directo de las montañas y nos refresca.


Lidia Herrero, nuestra guía de montaña

Después de comer, Lidia que es guía de montaña en España, propone volver por el otro lado del río al guía, éste pregunta a los locales y le dicen que hay un camino, pero que es un poco más largo y que no se suele hacer, pero nos liamos la manta a la cabeza, cruzamos el río con las zapatillas al cuello y los móviles protegidos en plásticos y allá vamos a la aventura. Descubrimos un camino por el que nunca ha pasado un muzungu, tanto es así que los niños y madres nos van siguiendo de pueblo en pueblo y hacemos una cola de ugandeses sorprendidos de vernos por allí. La ruta es preciosa, y al llegar al final, antes de cruzar el puente de troncos para llegar a nuestro valle, Pere se lanza al río donde ya se bañan los niños locales después de su partido de fútbol con pelota hecha de bolsas de plástico. Allá vamos todos, por un momento nos olvidamos de las advertencias sobre el peligro de bacterias, larvas de caracoles o enfermedades tropicales que se pueden pillar en lagos y ríos en África. Al fin y al cabo aquí no hay cocodrilos, y disfrutamos de un refrescante baño en el río ante la mirada divertida de nuestros guías ugandeses y las risas de los niños que nos ven en ropa interior. Todo un acierto, nos quitamos el polvo y el sudor del viaje y aunque llegamos tarde de vuelta al lodge Kelele, llegamos con una sonrisa y una sensación de felicidad y de buen rollo de las que se recuerdan toda la vida. Por cierto, el camino queda registrado en Strava como Yola’s Trail, y es que al ir la primera con mi Polar, el guía me dice que soy la primera persona blanca en hacer esta ruta, y eso hay que recordarlo! Regresamos a nuestra casa, porque ahora si que sentimos las cabañas de Kelele Lodge como nuestro hogar, nuestra ducha, nuestro comedor y nuestro lago.

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Día 7- Viernes 18 de enero: Ruta por Kibale alrededor de Kelele Lodge

Hogar dulce hogar, nuestro súper esayuno en el ‘Kelele Lodge’ en Kimya, y como último día los machacas se marcan su ruta a tope, y el plan B es llegar al Resort Papaya, allí hay piscina y cervezas frías! Comemos en nuestra escuela, y nos preparamos para la fiesta de despedida, con las danzas africanas de los niños de la escuela, cena local y taller de danza, en el que los ugandeses nos demuestran que el ritmo y el movimiento de las caderas viene en los genes africanos, porque nuestros bailes dejan mucho que desear!

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Día 8- Sábado 19 de enero: Desayuno en el ‘Kelele Lodge’ y viaje en autobús de a Kampala

Paseo por la ciudad, visita de mercadillos locales y aeropuerto. Salida hacia España.

Lo que dicen los Kelele Bikers

El grupo en bici éramos 12, 2 mujeres de Madrid, y el resto de Barcelona, Tanis y Ana nuestros guías voluntarios también son de Madrid. No puedo plasmar con palabras el buen ambiente que hemos tenido estos días entre nosotros, de aquí hemos salido amigos, y el grupo de WhatsApp sigue en marcha, y es que hemos compartido más que kilómetros en bici, cervezas, comidas riquísimas, plátanos recién cogidos del árbol, ropa y material de bici que faltaba o se rompía y, lo que más queda: muchas, muchas risas, historias y frases que forman parte de la memoria de este viaje. Compartir esta experiencia con ciclistas muy experimentados, que han viajado por todo el mundo, con muchos kilómetros en sus piernas y que se adaptan a las circunstancias ha sido un lujo para mí. Y para los que no son tan machacas, decir que organizamos un ‘Plan B’, las 3 chicas pudimos disfrutar de las rutas a nuestro ritmo, acompañadas del guía Mugume y nuestro compañero de viaje, Samu que iban en moto. Fue un acierto tener esa independencia y la posibilidad de elegir cada día: ir con los ‘máquinas’ o con los ‘de vacaciones’. Yo no iba muy entrenada, y descubrir Uganda en bici sin sufrir, me ha permitido tener buenos recuerdos de todos los caminos, muchas risas con el plan B, y muy buenas sensaciones bajando trialeras por la jungla con el plan A. Los Kelele son buena gente, y estoy deseando volver a vivir otra aventura con ellos y ellas.

Aquí os dejo algunos comentarios de los kelele-bikers:

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Ignasio Sopesens, directivo 2 Challenge Ruwenzori, 9 Titán Desert, 7 Transpyrs, 2 Cape Epic, Crocodrile Trophy, Transcumbres, TransAndes, Andalucía Bike Race, 2 veces El París Dakar en coche. El más experimentado en rutas en bici, y además repetidor de la experiencia. “De Uganda me quedo con un abanico de emociones muy diferentes, el placer de pedalear en la cordillera y entre sus campos de plataneros por rutas ineditas y la fuerza y la ternura de la gente que he conocido, especialmente de los niños. Nunca olvidaré las caras de los niños bailando y cantando en la fiesta que prepararon y las lágrimas de todos intentando cantar y bailar con ellos.”

Santiago Heredero, directivo Titán Desert , Transcatalunya, Volta a Osona, Selenika, 100km de Les Guilleries, Epic Trail, Pedalak, Els Ports, Pedals de Foc… “Pedalear por verdísimos caminos y empinados senderos que en realidad son calles africanas, a lo largo de las cuales se suceden chozas y maltrechas casas de una habitación. En ellas, bulle la vida rural ugandesa, pobrísima y vital, apabullante para un europeo. Todo eso y más, lo vives desde el sillín de tu bicicleta porque todo ocurre a poquisímos metros de ti, con cientos de niños te saludan al pasar: how are you?, how are you?… África autentica, cero contaminada, ¡experiencia unica! ¿Quién ofrece más?”

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Pere Cahué, de la tienda PROBIKE, alucinando con las bicis ugandesas

Pere Cahué, tienda PROBIKE “Haber tenido la oportunidad de conocer en bici Uganda, su

naturaleza, pero sobre todo sus gentes, de la mano de la ONG Kelele ha sido un regalo! Gracias Uganda! Gracias Kelele! Y hasta pronto…🚴♀❤

Kelele África, realidades solidarias

Kelele África existe gracias a la ilusión y el trabajo de dos mujeres españolas, Chelo Morueco y Eva Henrich, que en 2011 viajaron a Uganda de voluntarias y decidieron hacer algo más al volver. En unos pocos años ya han construido y puesto en marcha una escuela, un hospital y un taller de costura en la zona de Kasenda y Kimya en Uganda. Es una asociación sin ánimo de lucro que se basa en donaciones, crea un lazo entre España y Uganda, dando trabajo y responsabilidad a los locales como Joanitah, la ‘jefa’ ugandesa de Kelele. Trabajando codo con codo, ponen en marcha proyectos van enfocados a mejorar el futuro de las mujeres, conseguir una educación de calidad para los niños y facilitar una sanidad segura. Después de haber estado allí estos días, ves lo que hacen, y lo que se podría hacer. En África con poco dinero se hace mucho, y creo que comparto con todos mis compañeros de bici las ganas de formar parte del proyecto, ver Kelele es ver ayuda real y proyectos en marcha, y al volver quieres hacer algo más, aportar tu granito de arena.


Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

¿Cómo puedes ayudar?

Hacerte socio y aportar lo que decidas es la opción más sencilla, pero hay más. Si te gusta la aventura en bici, puedes apuntarte en el año 2020 al III Challenge Bike, es una forma de tener vacaciones deportivas y solidarias, aunque las plazas son limitadas, ¡y todos queremos repetir el año que viene!. También puedes ir como voluntario y aportar tu experiencia y conocimientos a los proyectos Kelele. Puedes apadrinar a alumnos de la escuela, o puedes donar directamente en la cuenta de La Caixa: ES32 2100 40227422 0015 5885.

Cada uno aporta lo que mejor se le da, y hay muchas maneras de recaudar fondos desde casa; organizar eventos solidarios (conciertos, carreras, partidos de fútbol, yoga). Regalar productos de Uganda que se venden en los mercadillos de Kelele. Lo mejor es ponerte en contacto con Chelo o Eva y proponerles ideas, ellas creen en el poder de las personas, y convierten las donaciones en realidades. Hacen magia, y lo puedes comprobar si además te animas a ir a Uganda con Kelele África. Más información en Kelele Africa

Fotos Lucas Carné y Edris SSebuntinde. Gracias, o más wébale! sois muy TOP!!!

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Niños de la escuela de danza de Kelele Africa

Uganda, un país de gente cálida y verdes contrastes

De Uganda, te llama la atención el verde, las montañas, los safaris, los miles de lagos volcánicos… Pero para mí, el mejor recuerdo que me queda es su gente, cálida y amable, siempre encuentras a alguien que te saluda y ayuda en cualquier lugar. Los saludos en ugandés ‘Agandi’ a lo que responden ‘Nische’, mezclados con los niños coreando ‘How are you?’ en cada pueblo, una cantinela que nos acompañará por allá donde pasemos. Los ugandeses son un pueblo cálido, trabajador y sencillo.

Lo mejor de descubrir Uganda en bici es que vas descubriendo paisajes y gentes y te paras allá donde te apetezca, es un país muy seguro, e ir con Ana, Tanis, y los guías de Kelele Africa te da mucha seguridad. Ellos conocen bien las zonas, y a ellos también les conocen

en las aldeas. Allá por donde vamos los pequeños nos van ofreciendo sus manos para palmear al pasar en bici, y en cuanto nos paramos, grandes y pequeños, nos preguntan de dónde somos, dónde vamos, qué hacemos, no piden nada, ni dinero ni regalos, sólo nos acompañan, nos cuidan y hasta nos ayudan a empujar la bici cuando nos desmontamos, ¡algunos nos acompañan corriendo descalzos en las bajadas! Los ugandeses son buenos escaladores, en cuanto tienen oportunidad nos piden las bicis para darse una vuelta por el pueblo, aunque apenas lleguen al sillín, pero suben las cuestas a tope, y ver sus caras disfrutando en la bici es un regalo.

Ana León y Tanis Herrero, los kelele-guías

Son el alma del Bike Challenge, los que hacen posible esta aventura.

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Ana León, es nuestra guía, más bien nuestra mami, que se ocupa de que todos estemos bien. Es voluntaria de Kelele, informática de profesión, lo dejó todo para recorrer el mundo como voluntaria. Tiene una gran experiencia en moverse por estos países. Conoce bien Uganda, sus gentes y el terreno, y nos va enseñando los pueblos, las escuelas, las iglesias, los puestos donde comprar frutas, y hasta los nombres de los niños y niñas. Ana es una de esas personas que vive para ayudar a los demás, y nos ha dejado impresionados con su trabajo y cariño.

Bike Challenge Rwenzori, una aventura solidaria en bici por Uganda con Kelele Africa

Con Edris, el guía ugandés en el Bike Challenge Rwenzori

Tanis Herrero, es el ‘manitas’ de Kelele. Lo mismo te hace una cabaña que una ducha que te arregla la bici. Como voluntario, trabaja en la construcción de las cabañas, baños y duchas para huéspedes, además de las diferentes aulas de la Eco-Escuela Kumwenya. Conoce bien la zona, está completamente integrado entre los locales y es un ciclista consumado que nos descubre trialeras, caminitos técnicos y… dónde está la mejor cerveza.

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